Para Meneses Montero & Monge Alvarado “El juego es esencial para aprender habilidades para la vida durante el desarrollo infantil. Jugar es una de las principales ocupaciones de los niños, es también una oportunidad para que los padres se conecten con sus hijos. Los padres son los primeros maestros de los niños y gran parte de esa enseñanza sucede a través del juego, ya que le permite al niño a comprender las reglas de la familia y lo que se espera de él. A medida que los niños crecen, el juego les ayuda a aprender a actuar en la sociedad.” (2001)
Como se observa el juego es una actividad esencial que otorga muchos beneficios al desarrollo del infante. Este se da desde que el niño esta bebé, pero a medida crece va siendo más complejo. El juego es un mecanismo esencial en el desarrollo del niño. Este se realiza desde su etapa más temprana y ayuda a su estimulación tanto física, como psicológica.
Para Aizencang el juego es esencial y nos explica la razón “Al compartir características con las distintas actividades cotidianas el juego se vuelve un instrumento necesario para reproducir las estructuras, esquemas y mecanismos mentales que se van formando o consolidando en el desarrollo de la infancia, y pasar de una acción preparatoria a una ejecución a lo largo de la vida. Los juegos son ejercicio, prácticas idóneas para el crecimiento. Mediante ellos adquirimos la capacidad de modificar, fortalecer o cambiar algunos de nuestros patrones genéticos.”
El juego es una herramienta que ayuda al niño a liberarse, expresar sus angustias problemas, traumas. Es por eso que es necesario que cada niño lo realice porque de esa forma ellos van desarrollando una cultura de salud mental. El juego va muy unido a la forma de aprender en las primeras etapas del niño. Como adultos debemos respetar sus tiempos e intereses, fomentar su curiosidad y proporcionar todo recurso que ellos necesiten.
El juego tiene muchos beneficios, entre ellos: físicos, psicológicos, cognitivos, sociales, creativos. Es por eso que debe ser una herramienta multifactorial, ya que debe estar en las escuelas, hogares, iglesias y todo grupo en el que el niño interactúe. Huizinga afirma que “El juego se halla en la base de la cultura”. Es por ello que se debe practicar, en muchas ocasiones no se le da la importancia debida, porque se tiene el mito que no aporta al desarrollo.
Sigmund Freud decía muy acertadamente: “Un niño juega no solo para repetir situaciones placenteras, sino también para elaborar las que le resultaron dolorosas o traumáticas”. La ludoterapia es un elemento bien importante para muchos tratamientos, y, en ese sentido, en la medida en que el juego permite aflorar una gran cantidad de situaciones que angustian a los niños, va a servir muchísimo como terapia. (Ramírez, 2017)
El juego no tiene que ser elaborado o complejo para aportar al desarrollo del niño, ya que, con un simple salto, un paso el niño moviliza muchas funciones que trabajan en conjunto para realizar esa acción. Procesos como la observación, la imaginación, la creatividad son elementos que serán transferidos posteriormente a la vida cotidiana.
El ensayista francés Michel de Montaigne afirmó: “Los juegos infantiles no son tales juegos, sino sus más serias actividades”. El juego también determina la vocación de un niño, ya que ellos se identifican con una profesión y cumplir ese papel de manera profesional, creativa. La entrega y concentración del niño es admirable, por ejemplo, si un soldado se entregara a su profesión como los hacen los niños cuando juegan a ser soldadas serian profesionales de éxito. (Ramírez, 2017)
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